¿Cómo empezó este proyecto?

Todo empezó cuando reformamos nuestro piso de los años 70, así descubrimos nuestras habilidades: diseñar espacios, gestionar las obras, combinar materiales, el perfeccionismo en los acabados, buscar piezas con alma… Disfrutamos tanto que creamos un blog en 2009 al que llamamos Antic&Chic porque nos dimos cuenta que la decoración que más nos atraía siempre incorporaba piezas antiguas, pero a la vez eran ambientes elegantes y frescos, de ahí esa combinación de palabras que además tienen una sonoridad que nos encanta. En 2014 decidimos dejarlo todo y dedicarnos exclusivamente a nuestra pasión y creamos primero una tienda online donde vendíamos una selección de piezas que encontrábamos en mercadillos y rastros. También vendíamos piezas transformadas por nosotros, muebles antiguos a los que les dábamos ese aire elegante y fresco que formaba parte de nuestro sello personal. Y empezamos a realizar algunos proyectos sencillos de reformas a los que no les hacíamos fotos porque no eran “el proyecto perfecto”, así que esa faceta tardó más en despegar. El blog nos permitió tener una comunidad que nos conocía y nos apoyaba, lo que fue una suerte ya que al no venir del mundo del interiorismo sentíamos un profundo “síndrome del impostor” que nos bloqueaba a la hora de pensar en grande y proclamar que hacemos proyectos de interiorismo y de reformas. Hoy en día la mayor parte de los proyectos nos llegan gracias al blog o de Instagram, así que la comunicación ha sido y es fundamental para Antic&Chic.

¿Cómo funciona Antic&Chic?

Seguimos siendo nosotros dos en el estudio, así somos más flexibles y podemos descartar proyectos que no nos apetecen. Colaboramos con diferentes profesionales y nos encanta poder contar con especialistas según el tipo de proyecto, que aportan mucho valor al resultado final. No puedes tener al mejor renderista o al mejor paisajista en tu equipo, porque no siempre van a tener trabajo, pero sí puedes contratarlos para ese proyecto en el que les necesitas y el resultado es muy potente. Con el cliente nos gusta escuchar sus gustos, sus necesidades, que nos cuenten sus historias, lo que quieren sentir, lo que les emociona, para poder abordar los proyectos creando espacios emocionales, además de funcionales y bellos.

¿Con qué estilo decorativo os identificáis más?

Es difícil definirse a uno mismo, de hecho mucha gente nos dice que no sabrían definir nuestro estilo. Somos unos enamorados de los clásicos renovados y de los espacios atemporales, pero necesitamos que la naturaleza esté muy presente, así que acabamos creando ambientes eclécticos, pero equilibrados para conseguir elegancia y mucha luminosidad.

¿Cuál fue vuestra mayor fuente de inspiración para empezar?

Hubo un movimiento de nuevos anticuarios que mostraban sus casas y todas ellas tenían un estilo con mucha personalidad y combinaban con armonía piezas antiguas con acabados modernos, fue un descubrimiento para nosotros, acostumbrados a los estilos que dominaban en aquella época y con los que nos sentíamos fuera de lugar: minimalismo, nórdico, colonialismo, rústico o pop. La revista Domino también fue una gran inspiración, porque era un estilo que combinaba todo aquello que nos gustaba en un equilibrio sofisticado y moderno.

Un proyecto especial para vosotros con Antic&Chic

La última reforma de nuestro piso, sin duda. Porque hemos tenido total libertad creativa y de esa forma hemos podido mostrar nuestro estilo de una forma más contundente y nos ha permitido ser fieles a nosotros mismos y mostrar nuestro sello más personal.

¿Cómo funciona el taller?

Las antigüedades o piezas viejas nos ayudan a crear la sensación de casa vivida, a contar historias, por eso nos encanta incorporarlas en nuestros proyectos. Con el tiempo nos dimos cuenta que aquel hobby que teníamos de restaurar y transformar muebles podía complementar nuestra firma de decoración, así que empezamos a ofrecer el servicio de restaurar o transformar piezas para nuestros clientes. Cuando estamos en el taller es como volver a nuestra esencia, a ser aquellos niños que soñaban con ser carpintero o con pintar cuadros.

¿Qué es lo que más os gusta de decorar?

Dar vida a espacios olvidados, recuperar su belleza y su historia, y crear espacios que sean un refugio para el alma, que nos hagan sentir.

Antic&Chic: un proyecto de Marc y Cèlia

Marc y Cèlia se conocen estudiando biología en la universidad. Ambos amaban la naturaleza, las plantas y los animales, así que, aunque no era su vocación, estudiar esa carrera era lo que les parecía más adecuado. Pero ambos guardaban en su interior anhelos más creativos: de pequeño Marc quería ser carpintero como su padre, de hecho recreaba atracciones de feria en miniatura a las que ponía motor y luces (y hasta música). Cèlia disfrutaba con sus clases de escultura y pintura, además de vivir entre las obras que su abuelo y sus tíos realizaban, donde ya jugaba a dibujar planos y definir acabados. Y toda esa extraña mezcla nos ayudó a encontrarnos cara a cara con nuestra pasión: el diseño de interiores. Y así nace Antic&Chic.

Antic&Chic: el dúo perfecto

Dentro de este proyecto conjunto, Marc es quien domina los espacios, los planos y el diseño de muebles a medida, mientras que Cèlia lleva la parte más creativa y emocional, la de soñar con acabados, materiales, mezclas y piezas para expresar las sensaciones que nuestros clientes necesitan para sentir que su casa es su hogar. ¡El dúo perfecto!

Ambos son piscis y se llevan quince días de diferencia… Hace 24 años que empezaron su relación y les encanta trabajar juntos.

“Sentimos que nos complementamos a la perfección y admiramos el trabajo del otro”
Cèlia

¿Ya conoces la magia de este proyecto?

Nada puede salir mal cuando la pasión y el amor por algo se juntan, como es el claro caso de este proyecto. Te invitamos a seguir conociendo a Marc y Cèlia desde Antic&Chic. ¡No te van a decepcionar!