Muselinas y pañales de tela

¿Por qué son tan útiles? Para explicarlo necesitamos una pequeña premisa: la barrera cutánea de los recién nacidos es mucho más fina que la de los adultos y esto los hace más vulnerables a los cambios de temperatura. Su piel tiende a perder humedad más rápido y, por lo tanto, puede secarse fácilmente. Para protegerlo, es bueno elegir textiles infantiles delicados y de calidad como una muselina.

Gracias a su trama abierta, similar a la de la gasa, es un tejido extraordinariamente ligero y transpirable fabricado en algodón, que permite la libre circulación del aire. Además, es muy suave al tacto y muy absorbente al mismo tiempo. Puedes utilizar muselinas de bebé para la cuna y el cochecito, o colocarlas sobre el hombro o el brazo para protegerte de la saliva.

Otra ventaja de la muselina es que se puede lavar a máquina; para conservar su suavidad, recomendamos dejar secar las muselinas de bebé al aire libre. Gracias a la ligereza de la textura, estarán secas en un instante. Pero mantén un buen stock, para que nunca se te acabe: ten al menos cinco muselinas de bebé a la mano cerca del cambiador o en la pañalera.

¿Cuándo usar muselinas de bebé?

¡Un accesorio, muchos usos! Las muselinas de bebé resultan indispensables en muchos casos , como por ejemplo:

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